Teruel, vaya que si existe

 

Después del viaje que hemos hecho este puente de mayo, hemos llegado a la conclusión de que, no es que Teruel no exista, lo que ocurre es que está muy lejos.

Sí amigos, si entre la A-2 y la A-3 existiera la A-2.5 que enlazara Madrid con Teruel, seguramente esta ciudad cambiaría su lema de “Teruel existe” por “Por favor, venid menos a Teruel”. Pero es que claro, los más de 100 Km de carretera nacional que hay que hacerse, aparte de los otros 200 de autopista, no son moco de pavo. Pero en cualquier caso, salvando los kilómetros, sabíamos que Teruel no nos iba a decepcionar, como ha sido. Y probablemente no haya decepcionado a nadie de los que en este puente han copado la oferta de alojamientos en la provincia, ya que nos costó encontrar algo disponible. Teruel tiene poco más de 35.000 habitantes, lo cual la convierte en la capital de provincia menos poblada de España, pero su patrimonio histórico la convierte en un indispensable.

No pudimos visitar todo lo que nos hubiera gustado ya que disponíamos de poco más de medio día y llevábamos a Hugo, de 3 meses, en sus primeras vacaciones por lo que dependíamos un poco de lo que el enano dispusiera. Eso sí, no encontramos problemas de accesibilidad con los carritos a todo aquello que visitamos.

Un poco de historia

Teruel ya estuvo poblada desde tiempos de los íberos. Aun así, las primeras referencias encontradas de la existencia de una población en el lugar se refieren a la celtibérica Turba.

Tirwal (Turba) fue conquistada por los musulmanes en el siglo VIII y permaneció en su poder hasta el año 1171 en que fue tomada por Alfonso II. Es en este año cuando se funda Teruel. En 1177 se le otorgaron fueros propios con lo que se propició su rápido crecimiento. En 1347 Pedro IV le concedió el título de ciudad y le prometió construir una catedral que no se vio cumplida hasta 1577. En 1363, durante la guerra entre Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón, la ciudad cayó en poder de Pedro I, pero fue recuperada por el aragonés tres años más tarde.

En el siglo siguiente Teruel se enfrentó a los Reyes Católicos, que en 1484 impusieron la Inquisición, la cual iba en contra de los fueros de Teruel. La ciudad resistió, pero al final, en 1486, se implantó la Inquisición. Durante los siguientes cien años se prolongó la defensa de los fueros, alcanzando su punto álgido en las llamadas Alteraciones de Teruel y Albarracín, cuando ambas comunidades se enfrentaron al poder de la monarquía. Tras una larga disputa con Fernando II, Carlos V y Felipe II, este último impuso su criterio por la fuerza de las armas. Finalmente, en 1598, el monarca extendió los fueros de Aragón a Teruel y Albarracín.

Durante los siglos XV, XVI y mitad del XVII Teruel prosperó y creció demográficamente, sin embargo a partir de la segunda mitad del XVII inició su decadencia, aunque mantuvo sus industrias de paños y de armas.

Durante la guerra de la Independencia fue transitoriamente sede de la Junta de Aragón (mayo de 1809) hasta la llegada de las tropas de Suchet (diciembre de 1809).

torico

En 1858 se construye la fuente del Torico, icono de la ciudad. A finales del siglo XIX la ciudad gozó de una cierta prosperidad, propiciada por la pequeña burguesía que la habitaba. Fruto de este periodo son las obras modernistas que salpican el casco urbano, datadas a principios del siglo XX. Será en 1901 cuando llegue el Ferrocarril a la ciudad.

La Guerra Civil convirtió a Teruel en un marco de operaciones hasta que, a mediados de 1938, se alejó el frente de tierras aragonesas y tras terminarse la guerra en 1939, se procedió a la reconstrucción de la ciudad, dado el lamentable estado en el que había quedado.

Qué visitar

Para nosotros, lo mejor que se puede hacer para visitar Teruel es recorrer sus calles y ver las casas de estilo modernista, las plazas sus iglesias y los monumentos que os ofrece. El mapa de la oficina de turismo os informará de donde están los más destacados.

De todas formas, no os podéis dejar algunas cosas:

La escalinata que va de la estación al centro de la ciudad es un buen ejemplo de ello.

La catedral de Santa María de estilo mudéjar que empezó a construirse en el siglo XII en estilo románico es otra de las maravillas de su arquitectura. Su techumbre mudéjar así como su torre son Patrimonio de la Humanidad desde 1986.

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El acueducto de Los Arcos es del siglo XVI y fue una de las obras de ingeniería más importante del Renacimiento.

Por supuesto no podéis dejar de visitar la fuente del Torico.

Y por último también podéis visitar el mausoleo de Los Amantes de Teruel. El edificio en si no fue de nuestro agrado, ya que creemos que el mausoleo debería estar en un sitio con más historia en lugar de un edificio nuevo hecho a medida. Esto le da cierto aire artificial. Pero en cualquier caso merece la pena su visita.

Los amantes de Teruel

En Teruel, Juan Diego Martínez de Marcilla, se enamoró de Isabel, hija de Pedro Segura.

El padre no tenía otra hija y era muy rico. Los jóvenes se amaban mucho, hasta el punto que hablaron de su amor. El joven le dijo que la deseaba tomar por esposa, ella respondió que el deseo de ella era el mismo, pero solamente lo haría si su padre y madre se lo mandasen.

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El joven dijo a la doncella que, como su padre tan sólo le despreciaba por la falta de dinero, si ella lo quería esperar cinco años él iría a trabajar por mar y por tierra, para poder ganar dinero. Ella se lo prometió.

Peleando contra los moros, ganó pasados cinco años cien mil sueldos, por mar y por tierra. La doncella en este tiempo fue muy importunada por el padre para que tomase marido. Su respuesta era que había votado virginidad hasta que tuviese veinte años, diciendo que las mujeres no debían casarse hasta que pudiesen y supiesen regir su casa. El padre como la amaba la quiso complacer.

Pasados los cinco años el padre le dijo: Hija, mi deseo es que tomes compañía. Ella, viendo que el plazo de los cinco años había pasado y no sabía nada del enamorado, dijo que lo haría. Enseguida el padre la desposó y al poco tiempo se realizaron las bodas; y el otro regresó.

El enamorado se puso tras el lecho de su amada ya desposada y le dijo: bésame que me muero, y ella repuso: No quiera Dios que yo falte a mi marido. Por la pasión de Jesucristo os suplico que busquéis a otra, que de mí no hagáis cuenta, pues si a Dios no ha complacido, tampoco me complace a mí. Él dijo otra vez: bésame que me muero; repuso ella: No quiero. Entonces él cayó muerto.

Ella, que lo veía como si fuera de día por la gran luz de la habitación, se puso a temblar y despertó al marido diciendo que roncaba tanto que le hacía sentir miedo, que le contase alguna cosa. Y él contó una burla. Ella dijo que quería contar otra. Y le contó lo ocurrido y de cómo con un suspiro Juan había muerto. Dijo el marido: Oh! Malvada, y ¿Por qué no lo has besado? Repuso ella: por no faltar a mi marido. Ciertamente, dijo él, eres digna de alabanzas. Él, todo alterado, se levantó y no sabía qué hacer. Decía: Si las gentes saben que aquí ha muerto, dirán que yo lo he matado y seré puesto en gran apuro.

Acordaron esforzarse y lo llevaron a casa de su padre. Lo hicieron con gran afán y no fueron oídos por nadie… A la joven le vino al pensamiento de cuánto la quería Juan y de cuánto había hecho por ella, y que por no quererlo besar había muerto.

Acordó ir a besarlo antes que lo enterrasen; se fue a la iglesia del señor San Pedro, que allí lo tenían. Las mujeres honradas se levantaron por ella. Ella no se preocupó de otra cosa más que de ir hacia el muerto. Le descubrió la cara apartando la mortaja, y le besó tan fuerte que allí murió.

Las gentes que veían que ella, que no era parienta, estaba así yacente sobre el muerto, fueron para decirle que se quitase de allí, pero vieron que estaba muerta.

El marido contó el caso a todos los que había delante, según ella se lo había contado. Acordaron enterrarlos juntos en una sepultura. Juntos para siempre.

Fuentes

http://www.terueltirwal.es/teruel/historia_teruel.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Teruel
http://es.wikipedia.org/wiki/Los_amantes_de_Teruel