Una semana por Cantabria

Es imposible encontrar un único párrafo que defina a Cantabria, porque Cantabria es muchas cosas. Cantabria es verde, es montaña, es valle, es desfiladero, es niebla, es naturaleza, es agua, es lluvia, es pasto. Está hecha de su gente, de ganado, de costumbres, de fiestas y de tradición. Cantabria sabe a quesada, a sobaos, a anchoas, a quesucos, a cocido y a orujo. Pero Cantabria también es playa, es costa, es acantilados, es puerto, pueblos costeros y pesca. Cantabria es elegante como Santander. Cantabria es uno de esos sitios que nos gusta en Mi Planeta.

Buscando el fresquito del norte, este año decidimos pasar nuestras vacaciones por Cantabria, la comunidad del norte de España que menos habíamos pisado. Inicialmente pensamos en tener nuestro alojamiento en Esles, cerca de los Valles Pasiegos, pero finalmente tuvimos la opción de pasar algún día más por el norte y decidimos incorporar un alojamiento extra cercano a Picos de Europa que nos permitiera ampliar el abanico de cosas a visitar.

Os dejamos con la crónica de Cantabria, uno de los viajes de los que más nos ha costado volver.

Nuestra planificación

A grandes rasgos, este es el recorrido que hicimos, el cual os puede dar alguna idea de cómo organizar las zonas a visitar.

Día 1 y 2 – Picos de Europa

Los dos primeros días nos alojamos en Espinama en los Apartamentos y Habitaciones Sebrango, a 4 kilómetros de Fuende Dé. El alojamiento de lo más recomendable, a un precio razonable. Cogimos el apartamento porque había poca diferencia de precio con respecto al hotel y teníamos más espacio y una enorme terraza con vistas que nos fue muy bien para ir con Hugo.

Aunque pasamos solamente un par de días, esta zona de Picos de Europa tiene muchísimo que ver así que si os gusta el coche y disponéis de más días no dudéis en pasar más días aquí y disfrutar de otras actividades como la Ruta del Cares, visitar Cabrales o hacer algo de montaña o senderismo por Picos de Europa.

En nuestro caso, lo que recorrimos estos dos día fue Potes, Espinama, Frama y el teleférico de Fuente Dé.

Día 3 – De camino a Esles

Este día que era de viaje a Esles, lo aprovechamos para pasar por lugares como el Desfiladero de la Hermida, Pechón y comer en San Vicente de la Barquera. Si disponéis de tiempo, podéis parar en Unquera a comprar sus famosos dulces, las Corbatas o podéis visitar Comillas, Santillana del Mar y Suances.

Día 4 – Santander

Santander tiene tantas cosas que tendréis que dedicarle un día entero por lo menos para no quedaros con la sensación de dejaros algo.

Día 5 – Suances y Esles

Para nosotros este fue un día de transición porque se mantuvo lloviendo de inicio a fin. Aprovechamos para pasear por Suances y comer en nuestro pueblo, Esles, pero podéis aprovechar para ver lo que os falte de la lista del tercer día.

Día 6 – Castro Urdiales, Santoña y Noja

Castro Urdiales es un lugar en el que pasar varias horas. Podéis complementar la visita pasando por Santoña a comprar anchoas y por sitios tan bonitos como el Faro de Ajo, cerca de Noja.

Día 7 – Valles Pasiegos

Estupenda jornada por los pueblos de los Valles Pasiegos, en los que además tuvimos la suerte de coincidir con sus fiestas. Preciosas vistas desde sitios como Vega de Pas, Puente Viesgo o Liérganes.

Pueblos, ciudades y lugares

Os explicamos a continuación lo que más nos gustó de cada lugar.

Potes

Potes es uno de los pueblos con más movimiento de la Comarca de Liébana. Tuvimos la oportunidad de pasar varias veces por allí y siempre vimos ajetreo en sus calles, ya sea por el mercado, por el turismo, o por la cantidad de restaurantes. Potes tiene un bonito conjunto histórico que entremezcla cantidad de restaurantes y sitios de suvenires con callejuelas empedradas, caserones, lugares con vistas a los dos ríos e históricos monumentos como el Puente o la Torre del Infantado.

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Potes

Los lunes por la mañana podréis encontrar el mercadillo, en el que no podéis dejar de comprar productos típicos como quesos, embutidos, dulces pasiegos, e incluso anchoas de Santoña.

quesucos
Los quesucos de Cantabria…

Potes es un buen sitio para comer. Tiene una amplia oferta gastronómica y menús excelentes a un buen precio, por lo que una típica visita podría consistir en un paseo por el pueblo y una comida allí. Os recomendamos especialmente el Cocido Lebaniego. También podéis probar su famoso orujo de elaboración artesanal, el cual tiene una fiesta dedicada el segundo fin de semana de noviembre. Tampoco podéis perderos el Queso de Liébana.

quesos de liebana
Quesos de Liébana

Santo Toribio de Liébana

El monasterio de Santo Toribio de Liébana está situado en un lugar privilegiado. Es un lugar de peregrinación, entre otras cosas, porque entre sus reliquias conserva el Lignum Crucis, el trozo más grande de la cruz de Jesucristo que aún perdura. Podéis pasar a visitarlo y dar una vuelta por uno de los muchos senderos que desde allí parten.

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Monasterio de Santo Toribio de Liébana

Mogrovejo

Mogrovejo es una bonita aldea que queda a mitad de camino entre Potes y Espinama. Aún conserva casas típicas lebaniegas. Un paseo por sus calles os permitirá conocer la Torre Medieval de finales del siglo XIII que corona el pueblo, la bonita Iglesia Parroquial, el hórreo y sus hornos. También disponéis de un museo escuela en donde podréis recordar cómo eran los colegios de antaño.

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Mogrovejo

Espinama

Espinama es el pueblo en el que nos alojamos los dos primeros días de nuestro viaje. Si pensáis estar unos días por la zona, os recomendamos que miréis en este pueblo ya que había otros muchos apartamentos y posadas. El pueblo es bonito y, aunque no tiene monumentos, es agradable y muy tranquilo. Además tiene tiendas y supermercado, algo muy de agradecer si pensáis cocinar.

montañas espinama
Vistas de las montañas desde Espinama

Fuente Dé

Fuente Dé es una pequeñísima población a menos de 5 kilómetros de Espinama que se ha hecho famosa por su teleférico. Éste permite salvar 750 metros de desnivel en 4 minutos, dejando hasta 20 personas en cada viaje a unos 1800 metros de desnivel y en pleno Macizo Central de Picos de Europa. El teleférico es completamente seguro y solamente puede darte algo de miedo si tienes vértigo, por lo que en ti está valorar si quieres subir o no. Una cosa muy importante es llevar siempre ropa de abrigo porque al salir de la cabina en la parte de arriba es muy probable que haga mucho viento, sin contar las cambiantes condiciones meteorológicas de la montaña.

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Teleférico Fuente Dé

El teleférico os deja en un buen lugar desde el que podéis hacer varias rutas. Por ejemplo, podéis subir en teleférico y bajar andando, por ejemplo. Si estáis acostumbrados a moveros por zonas expuestas en montaña, podéis pasar Horcados Rojos y llegar al refugio de Urriellu. También podéis visitar Cabaña Verónica y volver a bajar en teleférico o bien ir al cercano Hotel Refugio de Áliva para pasar allí la noche.

Por ponerle un par de puntos negativos al teleférico, quizás decir que el precio nos parece elevado (16€ el adulto) y que pueden llegar a formarse colas tremendas. Este verano llegaron a esperar 3 horas para poder cogerlo. Nosotros no tuvimos problema en septiembre en cuanto a esto cogiendo el teleférico pasadas las 11 de la mañana un día no muy soleado, pero si pensáis ir tenedlo presente.

Tama

Cerca de Potes se encuentra este pueblo en el que podréis visitar el Centro de Visitantes del Parque Nacional de Picos de Europa. En él descubriréis detalles geológicos, la fauna, la vegetación y la historia de Picos de Europa y sus pueblos. Hemos visitado otros centros de este estilo con mejores contenidos, pero si os gustan los edificios modernos y estáis muy interesados en conocer mejor Picos de Europa, una visita de una hora puede estar bien.

Desfiladero de la Hermida

Desde Potes y dirección Unquera nos metemos de lleno por el Desfiladero de la Hermida, en donde la carretera se hace estrecha y se sumerge en lo más hondo de las montañas. Es una carretera impresionante en la que, a pesar de sus pocos miradores, merece la pena parar para echar una foto.

Unquera

Si os gustan las famosas Corbatas de Unquera, ¿qué mejor sitio para comprar este dulce que en su lugar de fabricación?

Pechón

Si pasáis por la zona y tenéis tiempo, merece la pena salir un momento de la nacional o de la autopista para hacer la pequeña carreterita que lleva a Pechón. Desde ella veréis bonitas estampas de los acantilados. Pechón, además, es conocido por sus playas.

Celis – Cueva de El Soplao

Aunque por falta de tiempo nosotros no pudimos acudir a esta cueva, todo el mundo coincide en que es uno de los imprescindibles de Cantabria. La Cueva de el Soplao es una bonita cavidad única en el mundo, en la que se han formado helictítas, un tipo de estalactita con extrañas formas que parecen desafiar todas las leyes de la física, como por ejemplo crecimiento horizontal. Hay varias teorías sobre la formación de estas estalactitas aunque no se sabe con total seguridad el motivo exacto. Una de ellas podría ser el viento que sopla arrastrando las gotas de agua con calcita hacia lugares imposibles.

San Vicente de la Barquera

Aunque este pueblo se haya hecho muy famoso por el popular cantante, San Vicente de la Barquera basa su turismo en playa y restauración. Los restaurantes, de muy buena calidad a un precio más que razonable, tienen gran variedad de productos del mar y vistas desde sus terrazas. Por nuestra parte os recomendamos El Pescador, comimos muy bien.

san vicente de la barquera
San Vicente de la Barquera

Aparte de la costa y la gastronomía, es cierto que San Vicente de la Barquera tiene algunas cosas que visitar, como el Castillo de San Vicente de la Barquera, la Iglesia de Santa María de los Ángeles y algunos restos de muralla. Un paseo por la zona monumental de San Vicente de la Barquera completará bien vuestro paso por allí.

Comillas

Comillas es otra bonita localidad marinera en la que se ubica la conocida obra de Antoni Gaudi, El Capricho. Dispone de muchos otros atractivos como su bonita playa, muestras de arquitectura del siglo XVIII como la Plaza Vieja o la Iglesia Parroquial e incluso está al lado del Parque Natural del Oyambre.

Santillana del Mar

La villa de las tres mentiras puesto que ni es santa, ni llana, ni tiene mar. Está declarada como conjunto histórico-artístico y en sus inmediaciones se encuentra la cueva de Altamira. Forma parte de la Red de Pueblos más bonitos de España. Sus callejuelas empedradas, su casco histórico y sus monumentos así lo atestiguan.

Suances

Suances es puramente turismo de playa y surf. De hecho, si vais en verano, es muy probable que os cueste encontrar un sitio en dónde poder dejar el coche. Hay algún sitio bonito para visitar, el faro y algún mirador como por ejemplo el de la Playa de los Locos, desde el que se ve la playa que recibe el mismo nombre.

surferos en suances
Surferos en Suances

El intenso oleaje de las playas de Suances es el que ha atraído a surfistas durante años y ha hecho proliferar varias escuelas de surf en la zonas.

Santander

Para nosotros Santander marcó un gran contraste con el resto de poblaciones que visitamos en Cantabria. Pasamos de nuestro pequeño pueblo, rodeados de vacas y aldeanos, a una ciudad moderna y elegante en la que tanto localidad como ciudadanos cuidan hasta el último detalle. Santander es, por obligación, una ciudad moderna en su arquitectura ya que ha sufrido grandes incendios que han acabado con su casco antiguo. Tiene muchos lugares con estupendas vistas a su entorno natural, así como estupendas playas. Su tamaño y un número no muy elevado de habitantes la convierten en un buen sitio para vivir y aún más cómodo para viajar.

Por falta de tiempo solamente estuvimos un día en Santander pero si podéis pasad una noche en ella. Estuvimos acompañados de dos Santanderinas y tuvimos los consejos de una tercera así que bien os podemos recomendar que no dejéis de daros un paseo por los Jardines Pereda, por el barrio de Puertochico, por la avenida de Reina Victoria, por el dique de Gamazo (frente al Palacio de Festivales – la Duna), por la península de La Magdalena, por las playas del Sardinero y Mataleñas y que visitéis el Faro de Cabo Mayor. Muy cerquita de Santander también tenéis Peña Cabarga, un lugar con vistas espectaculares, siempre que el tiempo acompañe claro.

sirena santander
Sirena en la exposición de barcos de la Península de la Magdalena

En Santander lo mejor es ir de pinchos y por supuesto tenéis que pediros unas rabas. Aunque se puede comer bien en casi cualquier sitio, os recomendamos:

  • El Cazullo, en la Arnía
  • La Hierbita, en Sobarzo
  • Casa Setién, en Puente Arce
  • La Bicicleta, en Hoznayo
  • El Baruco, en Anero
  • Los Brezos, en San Mames de Meruelo (menú degustación super original)
  • La Abuela María, en Santander (Cueto)
  • La Prensa, en Santander (Monte)
  • El Refugio del Pescador y Las Olas, en Santander (la Maruca)
  • Umma, en Santander (cocina un poco de diseño)
  • El Chupi, por la zona del sardinero, para tomar rabas

Faro de Ajo

El Faro de Ajo, cerca de Bareyo es un faro proyectado a principios del siglo pasado y construido en 1930 como ayuda a la navegación. Aunque hemos visto faros más bonitos, lo chulo de éste es la zona en que está ubicado. Disponéis de un pequeño paseo entorno al faro y varios miradores con prismáticos desde los que se puede ver Santander. El precio por acceder al sitio es de 1€.

faro de ajo
Faro de Ajo

Santoña

Santoña, población puramente marinera, merece una visita por lo menos para comprar anchoas. A nosotros nos resultó muy agradable caminar por el paseo marítimo. Uno de los atractivos que podréis visitar son los Fuertes, edificaciones del siglo XVIII repartidas por la costa de Santoña empleadas para impedir el acceso por la bahía. Además de los fuertes, podéis visitar el Parque Natural de Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, el Faro del Caballo y el Monte Buciero.

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Anchoas de Santoña

¿Qué anchoas comprar? Disponéis de varias tiendas de venta al por mayor de anchoas, aunque no esperéis precios más económicos que en cualquier supermercado. Las anchoas buenas son las que indican “del Cantábrico”, que son las que se hacen con pescado de allí. Si pone anchoas “de Santoña” es posible que hayan sido elaboradas en Santoña pero con pescado de otro lugar.

Laredo

Si sois de los que os gustan las playas no dejéis de visitar Laredo. Si no lo sois tanto, la Puebla Vieja de Laredo (su conjunto arquitéctonico) puede satisfacer vuestra curiosidad.

Playa de Sonabia

La Playa de Sonabia es un bonito lugar que merece la pena ser visitado aunque solamente sea para echarle una foto. El coche se deja poco antes de llegar, en lo alto de una loma y posteriormente se accede a ella caminando por un pequeño sendero. Otro sendero recorre la playa por el lateral, permitiéndonos fotografiarla desde lo alto.

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Vistas desde Sonabia

Castro Urdiales

De todos los municipios costeros que visitamos, Castro Urdiales es uno de nuestros favoritos. Su conjunto histórico es una maravilla y se encuentra al lado mismo del mar. La Iglesia de Santa María de la Asunción de estilo gótico parece prácticamente una catedral.

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Iglesia de Santa María de la Asunción en Castro Urdiales

A su lado, el Castillo de Castro Urdiales contiene el faro de Castro Urdiales, el cual se puede visitar. Un bonito puente medieval da acceso a ambos monumentos. Numerosas casas, ruinas y castros complementan la visita.

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Vista del puerto de Castro Urdiales

En Castro Urdiales hay mucha oferta gastronómica, como en casi todas las poblaciones costeras.

Esles

Bueno, quizás no os aconsejaríamos alejaros de vuestra ruta para ir expresamente a Esles ya que, aunque es un bonito pueblo, probablemente encontraréis otros del mismo estilo. Pero para nosotros Esles fue especial ya que nuestro alojamiento, El sitio del Jeido , se encontraba allí y vivimos mucho Esles, especialmente uno de los días lluviosos en el que poco más pudimos hacer.

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Iglesia en las inmediaciones de Esles

Esles no tiene supermercado y solamente cuenta con dos bares, el Restaurante El Cruce y el Restaurante José. Nosotros pudimos comer en Restaurante José su menú diario. Los fines de semana está muy recomendado su cocido montañés e incluso suele ser necesario reservar.

El pueblo está lleno de casas señoriales blasonadas con enormes jardines e incluso una de ellas, la Casa Cotubín, tiene su propia capilla. Todas estas casas, son la herencia del paso de diferentes personalidades y miembros políticos y del ejército de siglos pasados.

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Casas en Esles

Según nuestra opinión, Esles está muy bien situado para hacer ruta y a la vez se encuentra un poco alejado de carreteras atestadas. Da un rápido acceso a los Valles Pasiegos y en seguida se llega a la nacional, que actualmente está en obras, y que da acceso a las diferentes zonas.

Los Valles Pasiegos

En el artículo de la semana pasada hablamos ya de nuestro recorrido por los Valles Pasiegos. Naturaleza, pastos, animales, tradición y una gastronomía sin igual se juntan en este pequeño rincón de Cantabria convirtiéndolo en su mejor representación

El alojamiento

Situada en la cima del Pico Miguelón, en Esles, se encuentra El Sitio del jeido, la que fue nuestra casa en Cantabria. Se trata de una antigua cabaña de piedra restaurada.

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El Sitio del Jeido

Desde el pico las vistas de Esles son impresionantes, tanto de día como de noche. De noche, si la niebla lo permite, se pueden ver miles de estrellas en un cielo completamente libre de contaminación.

Cielo nocturno Sitio del Jeido
Noche estrellada desde nuestra casa

Pero sin duda lo mejor de todo fue la amabilidad de Helena, la propietaria, quien en todo momento se preocupó de que estuviéramos bien y tuviéramos de todo e incluso nos regaló dulces de la zona y huevos de sus gallinas y patas. Sus animales, sobretodo el bueno de Nelo, nos acompañaron en muchos ratos e hicieron disfrutar al peque de lo lindo. Nuestros vecinos de la vaquería, Asun y Beni, son gente maravillosa y con su simpatía y sus explicaciones nos contaron cómo funciona el trabajo en la granja y nos proporcionaron leche fresca todos los días. Una lástima no haber podido ver a Beni concursando en el Saltu Pasiegu.

Vacas y Nelo
Vacas de Asun y Beni y Nelo

No podemos más que hablar bien de nuestra casa, de sus propietarios y de sus animales y os la recomendamos si lo que buscáis es desconectar del día a día en un sitio apartado del bullicio.

Fotografía: Nuria Llopart.