De visita por edificios y parques de Barcelona
Barcelona es una ciudad en la que modernidad y naturaleza van de la mano para ofrecerles a sus visitantes una experiencia única e irrepetible. Solo basta caminar por el Paseo de Gracia, una de las principales avenidas de la ciudad, para entender la importancia que tiene Barcelona por su potencial arquitectónico, donde es posible admirar edificios de diferentes épocas y estilos. En el paseo de Gracia se mezclan, en 1,5km, el glamour de las tiendas más exclusivas, con la cultura que desprenden tres de los edificios más emblemáticos de la ciudad.
Empezando por Casa Milà, uno de los íconos de Barcelona que data de 1910. Hoy admirado por todos, debe su sobrenombre, La Pedrera, a una forma despectiva que tenían los críticos a la construcción para referirse al edificio, por la semejanza de su fachada a una cantera al aire libre. No obstante, Casa Milà, cuya construcción duró cuatro años y fue realizada por Antoni Gaudí, fue declarada como Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1984. En el interior de La Pedrera se pueden visitar cinco espacios diferentes con información sobre la construcción y la historia del lugar como: Los patios, la sala de exposiciones, el piso de La Pedrera, Espai Gaudí y la azotea. Además de ofrecer tres tipos de visitas: La Pedrera de día, disponible desde la apertura hasta el cierre, Gaudí’s Pedrera: The Origins, recorrido nocturno acompañado de un espectáculo audiovisual en la azotea, y por último está la opción de L’altra Pedrera, visita guiada y solo disponible en catalán con las historias más curiosas de la Casa Milà.
A seis minutos caminando se llega a Casa Batlló, de inconfundible silueta y cuyo edificio fue reformado por Antoni Gaudí, haciendo cambios a la fachada, la azotea, el patio y el piso principal, trabajos que fueron culminados en 1907. Es una de las obras más atractivas de Gaudí por su fachada, en la que utilizó trozos de vidrio y de cerámica, así como un tejado que imita las escamas de un dragón. Hay seis opciones para recorrer el edificio y si decides visitar casa Batlló se recomienda comprar las entradas por internet en las webs especializadas de reserva de actividades, lo que permitirá escoger el día y la hora deseada, de esa forma evitar las largas colas que también hacen famosas al edificio a ya su recinto que cuenta con un interior plagado de finos detalles.

Al salir de Casa Batlló, se encuentra la Casa Amatller. Opacada por la obra de Gaudí, pero con gran valor para el modernismo catalán gracias al trabajo del arquitecto Josep Puig i Cadafalch, finalizado en 1900. Su dueño fue el reconocido industrial del chocolate, Antoni Amatller y en la fachada se escoden diferentes detalles decorativos, como las formas de flores de almendro, las gárgolas y la utilización de hierro forjado. La Casa Amatller fue declarada Monumento Artístico en 1976 y las visitas a su interior se realizan de forma guiada y en grupos de máximo 12 personas, bien sea en la modalidad normal (una hora) o exprés (30 minutos), recorriendo todas las plantas de la Casa Amatller como dormitorios, despacho, lavabo y comedor.

Pero la historia y la cultura no solo están en los edificios de Barcelona. La ciudad cuenta con una gran cantidad de espacios verdes que permiten respirar a la ciudad e invitan a sus visitantes a perderse en ellos y disfrutar de paseos al aire libres.
El mejor ejemplo de cómo se pueden mezclar arquitectura y naturaleza es en el Park Güell. El recinto, es una obra de Antonio Gaudí, cuya construcción se interrumpió en 1914 y estaba pensado como una ciudad jardín al estilo inglés, donde se podrían encontrar viviendas y espacios comunes para un mercado y una capilla. En 1984 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es el parque más visitado de la ciudad. Entre los elementos más emblemáticos que se pueden apreciar en el parque, se encuentra: la sala de las cien columnas (que realmente solo cuenta con 86), la plaza del banco serpenteante y el dragón que se ubica en la escalera principal. El parque tiene horario, pero abre todos los días del año.

Si dispone de tiempo suficiente, Montjuic es una buena opción. Desde la colina se puede apreciar el puerto y la ciudad y podrá conseguir uno de los símbolos del lugar: el Castillo de Montjuic, fortaleza construida en 1751 y que tras la Guerra Civil fue convertida en museo militar. Además, puede recorrer los jardines de Laribal y su cascada, apreciar las instalaciones deportivas, consecuencia de los Juegos Olímpicos de 1992, o visitar museos como el de Arte de Catalunya, la Fundación Miró o el CaixaForum.

Si lo que buscan es perderse en Barcelona, no hay mejor opción que los Jardines del Laberinto de Horta. Es el parque más antiguo de la ciudad y se ubica al pie de la montaña de Collserola. Cuenta con un jardín neoclásico, uno romántico y el palacete de la familia dueña del terreno, así como fuentes, esculturas y una cascada. Además de encontrarse un laberinto vegetal, que es el que da su nombre al lugar.

Redacción: Clau
¡Barcelona me sorprendió muchísimo Clau!
Me ha encantado el post y el blog. Ya tenéis un seguidor más.
Un fuerte abrazo!
Buenas!
He ido muchas veces al aeropuerto de Barcelona para enlazar con otros vuelos, pero nunca me he quedado para visitarla, tras ver éste post, decididamente, haré una parada.
Muchas gracias!!!